martes, 26 de agosto de 2014

Confesiones de enero.

Necesito ayuda. Necesito que alguien esté por mí. Sé que es tarde, que a estas horas nadie me lee pero tengo miedo. Soy una mala persona, soy un jodido monstruo, soy una puta miserable. Quiero que todo salga bien pero no lo merezco; merezco que me destrocen de semejante manera, merezco el jodido dolor, merezco el puto rechazo. Quisiera provocarme tanto dolor para poder compensarlo todo. Me gustaría poder volver a esa noche de diciembre, en la que causé tanto dolor solo por calmar el mío. Pero no quiero volver a lo más hondo; no quiero volver a la época donde los cortes eran mi firma, no quiero volver a la época en la que no tenía a nadie a mi lado, no quiero volver  a la época en la que mis huesos se convertían en instrumentos de percusión al golpearse, no quiero volver a la época en la que cada mañana despertaba con los ojos hinchados al haber sustituido el sueño por el llorar, no quiero volver a la época en la que respiraba pero no vivía. Quiero gritar socorro pero no merezco la ayuda. Lo siento. Prometo no sonreír, prometo no abrir la boca, prometo ocular mis ojos una vez lloren, prometo no volver a hacer muecas, prometo dejar que me pisotees, prometo no soltar ni un quejido, prometo castigarme. Continuaré hiriéndome por no herir a los demás porque ya no existe nada que pueda hacerme olvidar.

- b.m.