Se trata de no poder
soltar una sola lágrima,
o permitir que te duela.
Se trata de no querer
castigarse una vez más
o permanecer sintiéndolo.
Se trata de saber que
quieres sonreír por ti
y no por dificultad.
Se trata de pensar que
todo está en tu poderío
sin encontrar nada roto.
Se trata de valorar
cada decisión tomada
con valentía o sin ella.
Es tan fácil percibir
las sombras sin desearlo
y degustar su dolor.
Es tan difícil luchar
para poder continuar
sin lobreguez acechando.
Puedo saber sentenciarme
a matarme sin estima
o abalanzarme al abismo.
O decidir ser heroica
y afrontar lo que mató
esencias como la mía.
- b.m.