sábado, 7 de junio de 2014

La razón de mi existencia.

Hoy me he dado cuenta de tu ausencia
cuando al despertarme
no recordaba la razón
de mi existencia.

Dime tú que lugar ocupo aquí
si no es la silla donde me servías
ese café frío sin otro sabor
que el de tus labios.
Recuérdame tú cómo continúo viva
si en mi memoria no hay recuerdo
en el que no permanezca en el suelo,
carente de calor como mi ser.
Reclámame tú cada canción
en la que tu nombre
no era estrofa ni melodía,
pero sí inspiración.
Devuélveme tú todos los versos
donde en cada rima
se invoca tu persona
sin querer pronunciarte.
Pídeme tú mi retorno
como quien ansía volver a ver
el cielo azul una vez perdido
tras las nubes de tormenta.

Mañana quizá me doy cuenta
de que la razón de mi existencia
era marcarte mi nombre en tu historia
y que no habrá otro motivo más.

- b.m.