lunes, 4 de agosto de 2014

Feliz cumpleaños.

Feliz cumpleaños. Es el primero que celebras sin mí en algún tiempo. Aún así espero que sea el mejor de todos. ¿Se te ha hecho la boca agua con la tarta? Ojalá haya sido la más apetitosa que hayas visto jamás. Ni siquiera me atrevo a preguntar con cuántos regalos te han colmado. Espero que hayas sonreído tanto que te duelan las comisuras de los labios. Este año no he podido estar contigo pero todavía puedo imaginarte con el reflejo de la luz de las velas en tus ojos verdes. Hagamos ver que ese CD que te regalé meses atrás nunca ha sido reproducido, que nunca ha sido visto hasta hoy, como si hoy hubiera estado contigo para poder dártelo. Hoy, en tu honor, me sentaré en el borde de la cama escuchando lo que espero que tú también. ¿Has celebrado una de esas fiestas de las que siempre me hablabas, de las que siempre me invitabas? Con tu alegría, tus ganas de bailar, aunque ya no sean conmigo. Moriría si se hubieran apagado. Siempre me he arrepentido de no haber asistido a una de ellas pero esta es, sin duda, la que más me ha dolido. Ojalá estés rodeado de todas las personas a quien amas... Me encantaría poder enviarte una estúpida felicitación aunque, puestos a pedir, hubiera preferido poder despertarte con besos y palabras alegres. Hincharé un globo por cada día junto a ti y los soltaré en cada punto de la ciudad donde me hiciste feliz. Menos mal que aún puedo celebrar el día en el que la mejor persona de mi vida vino al mundo aunque sea sin ella. Ya sabes que me gusta apreciar la belleza de la insaciante realidad pero ahora me cuesta un poco más sin ti. Espero que éste sea el último cumpleaños que festejo sola. Piensa bien el deseo antes de apagar las velas y déjame volver.

Felices 16, pequeñajo.

- b.m.